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La música relajante es una manera probada de inducir un estado que estimula el sueño. Disminuye los niveles de estrés, incrementa la proporción de frecuencias bajas/altas a lo largo del sueño NREM y mejora los parámetros subjetivos y objetivos del sueño. No obstante, hay que tomar en consideración algunas cosas antes de poner una lista de reproducción que promueva el sueño.
Se ha demostrado que la música tiene un efecto calmante sobre la cabeza. Percibir música tradicional y sencilla, o incluso música de los nativos americanos, puede guiarte a reposar mejor. Sólo asegúrate de gozar del género musical que escojas. En la mayoría de las situaciones, la música de 60 pulsaciones por minuto es ideal para relajar la mente.
Un trabajo de investigación hecho en la Universidad de Stanford descubrió que percibir música con un ritmo de 60 pulsaciones hacía que la gente experimentaran "ondas cerebrales alfa", que son afines a las que se activan en el momento en que uno se siente relajado y consciente. También redujo los escenarios de la primordial hormona del agobio, el cortisol, que está relacionada con el insomnio.
Escuchar música también puede contribuir a calmar el estrés y el dolor. Las indagaciones prueban que la música puede progresar la memoria y aumentar la concentración en determinadas tareas. Y lo que es mejor, la música puede ayudarle a conciliar el sueño mucho más velozmente y a tener un mejor descanso nocturno. Si padeces de insomnio, escuchar música por la noche puede guiarte a sobrepasar este inconveniente.
La música es un lenguaje universal. Puede inspirarte durante una entrevista de trabajo o ayudarte a tranquilizarte en el transcurso de un entrenamiento. Asimismo puede reducir el ritmo cardiaco y la ansiedad. Muchos estudios demostraron que la música puede calmar el sistema inquieto autónomo del cerebro, el sistema endocrino y la respuesta psicológica al estrés. Asimismo se conoce que la música ayuda a achicar los escenarios de la hormona cortisol, que puede hacer que te sientas mucho más irritable y causar problemas gastrointestinales.
La música relajante es una asistencia probada para el sueño, en tanto que asistencia al cerebro a liberar el agobio. Las indagaciones proponen que la música con un ritmo de 60 pulsaciones por minuto induce ondas cerebrales alfa, que se asocian a la sensación de relajación. Este tipo de ondas cerebrales son afines a las que se producen cuando se está intensamente dormido. La música relajante se escucha mejor por lo menos 45 minutos antes de acostarse.
Los estudios asimismo han demostrado que la música puede reducir el estrés y la ansiedad. De hecho, se ha demostrado que es mucho más eficiente que ciertos medicamentos recetados cuando se trata de ayudar a las personas a relajarse. Si tienes inconvenientes para reposar o padeces de insomnio crónico, prueba a percibir música relajante antes de acostarte. Explore diversos tipos de música y encuentre una que le tranquilice.
La música también puede ayudar a las personas que padecen TEPT, esquizofrenia o depresión. Los estudios demuestran que escuchar música también puede reducir el dolor físico. El dolor físico puede dificultar la calidad del sueño, que se encuentra dentro de las primordiales causas por las que la multitud emplea la música para empujarlos a dormir mejor.
El crecimiento de la relación de frecuencias bajas/altas a lo largo del sueño NREM tiene importantes implicaciones para la muerte súbita durante el sueño. Este hallazgo fue posible gracias a la medición de la VFC en adultos jóvenes sanos con potencia espectral de alta y baja frecuencia, entidades normalizadas y ratio (LF/HF). Usando el análisis fantasmal, se estudiaron los componentes espectrales de los intervalos RR mediante las etapas del sueño. Se calculó el máximo del espectro cruzado para la alta frecuencia normalizada, se calcularon las coherencias para todas las bandas de frecuencia electroencefalográficas y se midieron música para dormir bien relajado los desplazamientos de etapa para los tres primeros ciclos NREM-REM.
El incremento de la relación LF/HF asimismo se asoció con una mayor relación LF/HF a lo largo del sueño REM. Esta asociación no se observó en el grupo de control. La potencia de la banda beta fue mayor que la del grupo de control a lo largo del sueño REM, al paso que la capacidad de la banda theta fue menor. Además, la proporción se correlacionó positivamente con el sueño total y el sueño NREM, mientras que se correlacionó de forma negativa con la potencia theta.
Los autores examinaron la variabilidad de la frecuencia cardíaca en 8 pacientes con infarto de miocardio (IM) reciente y ocho sujetos de control sanos. Registraron las frecuencias cardíacas durante los estados NREM y no REM durante 5 minutos. El estado de sueño N1 se excluyó porque tiene una duración demasiado corta para el análisis de la VFC. A continuación, examinaron épocas de ECG seleccionadas utilizando un intervalo R-R estándar.
La música relajante mejora los parámetros objetivos del sueño, pero los efectos no están claros. La calidad y la hondura subjetivas del sueño no se vieron perturbadas relevantemente por la música. Sin embargo, sí que redujo el tiempo de permanencia en la fase de sueño N4. Este descubrimiento recomienda que la música relajante puede prosperar otros parámetros afines. Una investigación mucho más detallado sería útil para entender los mecanismos fisiológicos de los efectos de la música en el sueño.
El sueño es fundamental para la salud humana. Las modificaciones del sueño se asocian a distintos trastornos mentales y afectan a la calidad de la vida humana. Estudios anteriores han demostrado que la música tiene un efecto positivo sobre la calidad subjetiva del sueño y los factores objetivos del mismo. No obstante, estos resultados son contradictorios, gracias a las diferencias interindividuales.